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Hoteleros declaran a cazadores furtivos como enemigo público número uno de África

30 de Septiembre de 2013 2:40am
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Hoteleros declaran a cazadores furtivos como enemigo público número uno de África

Los delegados asistentes al Foro de Inversión Hotelera en África coincidieron en que la caza furtiva es hoy la mayor amenaza para el turismo en sus países y declararon a quienes la practican como el enemigo público número uno del continente.

La vida salvaje es la razón por la que los turistas viajan a África. Cada vez que una manada es diezmada, se afecta el turismo y el empleo potencial de miles de personas, mayormente de bajos ingresos, señalaron los asistentes. “La caza furtiva no sólo mata animales, también destruye medios de sustento”, dijo un delegado.

Lazaro Nyalandu, ministro adjunto para Recursos Naturales y Turismo en Tanzania, dijo que “la caza furtiva es un problema global que necesita una respuesta global. Se estima que en Tanzania hay cien mil elefantes, pero cada día mueren 30 a manos de cazadores ilegales. Si sus actividades no son detenidas, estaremos sin elefantes en diez o 15 años”.

En Tanzania, considerado uno de los mayores refugios de la especie en el mundo, una pesquisa realizada por el Instituto de Investigación de la Vida Salvaje, como parte de un plan oficial para conservar la vida salvaje, reveló que entre 2006 y 2009 el número de elefantes cayó de 74.900 a unos 43.500 en dos importantes santuarios: la Reserva Selous Game y el Parque Nacional Mikumi.

Al respecto, el funcionario tanzano afirmó en la cumbre del sector hotelero africano que “queremos ver a nuestros países vecinos tomando una posición junto a nosotros, haciendo presión sobre los países donde viven los clientes de los cazadores ilegales para terminar con este negocio barbaro”.

Según estadísticas oficiales, el valor del marfil y el cuerno de rinoceronte continúa creciendo rápidamente, y de esa forma crece la demanda por los llamados productos “de vida salvaje”.

De acuerdo con los mismos informes, cada 15 minutos los cazadores matan a un elefante en África para lucrar con sus colmillos. De seguir el actual ritmo, la especie estará en serio peligro de extinción hacia 2025.

Algunos expertos defienden el uso de drones, y Estados Unidos ofreció a Tanzania y otros países estos equipos para el control de áreas que son demasiado extensas y cuentan con personal insuficiente. Kenia ha puesto en práctica el empleo de drones de una compañía privada para patrullar una reserva de rinocerontes blancos.

Las preocupaciones del sector hotelero africano en este tema no se han quedado solamente en inquietud. El 5% de los ingresos de los miembros del Foro están siendo donados a David Sheldrick Wildlife Trust (DSWT), una organización que cuida de crías huérfanas de elefante y rinoceronte –mayormente tras ser cazados sus padres- y desarrolla varias iniciativas contra la caza furtiva.

Nick van Marken, de Deloitte Travel, Hospitality & Leisure, denunció que “la caza ilegal en África ocurre hoy a una escala industrial. Los cazadores usan armas automáticas para exterminar a rebaños completos, para tomar colmillos y cuernos. La vida salvaje es parte de la ´infraestructura natural´ de África: si se elimina, desaparecerá una de las razones primarias por las que llegan los viajeros a ese continente”.

Analistas consideran que gran parte del cuerno de rinoceronte molido abandona África en las valijas diplomáticas.

Actualmente, la DSWT opera con ocho unidades totalmente equipadas para enfrentar a cazadores furtivos y desarticular trampas, que trabajan en conjunto con el servicio de vida salvaje de Kenia (Kenya Wildlife Service, KWS) para proteger el área de conservación de Tsavo.

Esos equipos, acompañados por rangers armados del KWS, cuentan con vehículos, equipo de camping, radios, GPS y cámaras, y patrullan diariamente la zona para enfrentar a cazadores ilegales y neutralizar la amenaza de las trampas entre los arbustos, de las cuales ha eliminado más de 125 mil desde el inicio del patrullaje en Tsavo.

Andrew McLachlan, vicepresidente de Carlson Rezidor para África y las islas del Índico, afirmó que “África es tan grande y las fronteras son tan largas que es increíblemente difícil la vigilancia. La respuesta tiene que basarse en acciones en los puntos de demanda y en educar a los consumidores de marfil y cuerno de rinoceronte sobre el daño que causan sus deseos”.

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